Los buitres del fracking

En medio de la disputa por los holdouts, distintos inversionistas sobrevuelan por el yacimiento de Vaca Muerta en su afán de incrementar sus ganancias.
Por @Melidassano
Por @Melidassano
Por:
Lázaro Llorens | @LazaroLlorens
Lea Ross | @LeandroRoss
La pelea entre el Estado Nacional y los fondos buitres ha tomado un punto geográfico determinado como escenario para instalar el ring. Se trata de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva de hidrocarburos no convencionales del mundo, cuyo fragmento de concesión para su explotación cubre más de 12.000 kilómetros cuadrados. Según YPF, las ganancias que posee este enclave energético multiplicarían por diez las reservas de nuestro país. Por ese motivo, siempre se mantuvo la firme especulación que los bonistas que se rehusaron a entrar en los canjes de deuda, con la ayuda de los fallos del juez Thomas Griesa, tuvieron la firme pretensión de apoderarse de los activos de este negocio megalómano. Hoy, la especulación se hizo realidad.
Entre los días 16 y 17 de julio, NML Elliot, el principal conclave financiero que ha sido beneficiado por el litigio, había presentado ante los tribunales de primera instancia de California un pedido de embargo de activos contra nuestro país, en caso de que Griesa rechazara reinstalar el “stay” (es decir, evitar los efectos de la sentencia que obliga al Estado pagarle a los buitres), hecho que finalmente ocurrió una semana después. Esos activos que quiere embargar son las acciones de YPF y de la norteamericana Chevron, ambas conformadas de manera asociativa para lograr la extracción de gas y petróleo en Vaca Muerta. “De avalar los jueces californianos la presentación, comenzaría a considerarse a nivel tribunalicio la alternativa del eventual embargo a Chevron, además de la aceleración del pedido a otros jueces del estado sobre la posibilidad de que existen fondos de la petrolera estatal renacionalizada en ese territorio”, señalaba el periodista Carlos Burgueño, en el diario Ámbito Financiero, quien fue el primero en confirmar la pretensión de los buitres para apoderarse de la reserva neuquina.
NML es una subsidiaria de la corporación Elliot Managment Corp., administradora de unos 32 mil millones de dólares. Fue fundada en 1977 por Paul Singer, un multimillonario especializado en la especulación financiera quien además aportó campañas para Rudolph Guliani, referente de la “mano dura” en materia política. En el año 2001, Singer compró bonos de deuda “basura” en nuestro país por 40 millones de dólares. Hoy, reclama que Argentina pague 1.300 millones de dólares.
No es la primera vez que el fondo buitre de Singer sobrevuela por el yacimiento de Vaca Muerta. En la actualidad, Elliot Managment tiene el 40% de su portafolio en activos energéticos. Uno de estos activos es Hess Corp. –ex Amerada Hess–, una vieja compañía petrolera dedicada a la exploración, producción y transporte de petróleo crudo, gas y gas shale (no convencional), cuyo principal socio es Elliott Management Corp., con el 5,1% del paquete accionario.
A su vez, Hess Corp. es socia en varios yacimientos de Repsol, ex controladora de YPF, en países como Brasil y México. Precisamente, según lo denunció el gobierno argentino y lo informó la propia Repsol, en 2009 la petrolera española le había ofrecido a la petrolera Hess Corp. y a otras poderosas compañías, la explotación del codiciado yacimiento Vaca Muerta, donde grandes empresas norteamericanas, rusas y chinas ya tienen puesto sus ojos. En detalles, según un documento que difundió Repsol durante su gestión al frente de YPF, para llevar adelante la explotación de Vaca Muerta se subscribieron 15 contratos de inversión y desarrollo, por unos 4 mil millones de dólares, con grandes compañías petroleras, entre las cuales descollaban: Shell, Exxon, Chevron y Hess Corp. de Paul Singer.
Luego de la salida de Repsol de YPF en 2012, Singer llevó adelante una agresiva política dentro de Hess Corp. que acabó con el desplazamiento de su histórico presidente John Hess, quien fue remplazado por Mark Williams, ex ejecutivo de Shell.
Otro dato es que dentro de la petrolera Hess Corp., Singer tiene como socios a otros fondos de inversión, que a su vez son accionistas de Chevron, la petrolera que junto a YPF explota Vaca Muerta.
Uno de estos fondos es State Street Corp. poseedora del 3,9% de las acciones de Hess Corp. Y, a su vez, inversionista de Chevron con el 5,2% del paquete accionario.
Otro es Vanguard Group Inc., con el 4,5% de las acciones y, a su vez, segundo inversor de Chevron, con el 4,9% de las acciones. Este fondo de inversión, también es el principal accionista de la petrolera Exxon, la histórica compañía del Grupo Rockefeller, cuyo presidente en Argentina se llama Tomas Hess.
Finalmente, otro de los fondos que comparten acuerdos de negocios entre Chveron y Hess Corp -es decir, con el “buitre” Paul Singer- es Blackrock Institutional Trust Company, el fondo de inversión más grande de EE.UU.
Blackrock es socio de Singer con el 3,9% de las acciones de Hess Corp., es el segundo inversor institucional de Repsol (3% de las acciones), y es el tercero de Chevron, con el 2,5% del paquete accionario. A su vez, Blackrock, es accionista de las compañías Falkand Oil and Gas y Borders & Southern Petroleum, dos petroleras que sin autorización del Estado argentino operan en las islas Malvinas.
Precisamente, Blackrock ha sido puesta en foco recientemente por el Gobierno Nacional a partir de la declaración de quiebra de la imprenta Donnelly, hoy recuperada por sus trabajadores. Según anunció la presidenta Cristina Fernández, Blackrock compró parte de las acciones de Donnelly al propio Paul Singer y que la declaración en bancarrota en la sede argentina apuntaría a un método de presión de parte de los houldouts para que Argentina cumpla con sus pedidos. Por esta razón, la presidencia tuvo un frustrado intento por aplicar la polémica ley anti-terrorista contra los directivos de la imprenta. “Mientras yo sea Presidenta no nos van a ver a los argentinos de rodillas”, sentenció la mandataria argentina.
Imagen de la reserva Vaca Muerta, junto con una caricatura del artista Kitsch.
Imagen de la reserva Vaca Muerta, junto con una caricatura del artista Kitsch.
Hasta ahora, como se puede ver, resulta llamativo que dentro de esta pelea por Vaca Muerta aparezcan las mismas caras en ambos bandos. Y Blackrock no se queda atrás, ya que este fondo de inversión también es colaborador de YPF. Es dueña de dos millones de acciones de la petrolera argentina, lo cual ofrece un valor cercano a los 740 millones de dólares.
“Iniciamos una posición en YPF como resultado de las valoraciones atractivas y lo que sentimos es la reducción del riesgo para el sector de cambio dado en el Marco Regulatorio en Argentina”, aseguró Will Landers, gestor de fondos de Blackrock en un facsímil de la compañía fechado el 30 de junio de este año. A su vez, asegura que es la primera inversión que realizan en nuestro país después de varios años. Según su cuenta de Linkedin, Wenders trabajó en la década de los noventa en la hoy extinta Lehman Brothers, financiera que se auto-quebró en 2008 agudizando aun más la crisis financiera en Estados Unidos.
Como se puede ver, tanto del lado del Gobierno -es decir, de YPF y, por lo tanto, de Chevron- como del lado de los buitres, aparecen nombres que habitan dentro del mundo de la especulación financiera. De hecho, Hess Corp tiene a acciones del Deutsche Bank, al Bank of America y a Goldman Sachs, ex accionista del Grupo Clarín. A su vez, en la compañía iShares Russell 2000 Index, también de Singer, figuran como socios el Citi Bank, el Credit Suisse, y el JP Morgan Chase & Co., también de los Rockefeller, familia que también es dueña de la petrolera Chevron, hoy socia-amiga de YPF.
Y hay más. Así como está Paul Singer-NML Elliot como el cabeza de los buitres, el principal bonista minoritario es el fondo Aurelius Capital Managment. Esta compañía es liderada por Mark Brodsky, quien curiosamente fue abogado personal del propio Singer. Y a pesar de ser segundo en el bando de los buitres, también tiene sus premios estando del otro lado, ya que es dueño de 300 acciones de la autoproclamada nacional y popular YPF.
Los especuladores financieros vuelan de un lado a otro. No importa por qué lado tomar mientras todo sea bajo la ambición de apoderarse de Vaca  Muerta, cuya fuente de ganancias solo se lograría mediante el cuestionado método de fracking, quien debido a los posibles impactos negativos en el medio ambiente permanece prohibida en países como Francia, Bélgica y en algunas regiones europeas, de Estados Unidos, e incluso comunas de Argentina que se han decretado así mismos libre de fracking.
En su afán depredador, no resultaría descabellado pensar que Vaca Muerta se convertiría en el gigantesco “CBI Kordubensis” de la Argentina.
Ecos Córdoba