Cajamarca, Colombia: Sí a la vida, no a la mina

El bus deja atrás la ciudad de Ibagué, capital del departamento de Tolima, sito entre las cordilleras central y occidental de los Andes colombianos. Sube por la Nacional 40, que cruza el país de este a oeste, desde la frontera con Venezuela hasta Buenaventura, puerto principal del Pacífico colombiano. Es una carretera sobrecargada y se divisan las obras de una futura autopista: el puerto de Buenaventura concentra el 60% del comercio internacional del país y por ahí se exportan el famoso café de Colombia, las maderas tropicales y –si las resistencias populares no consiguen frenar el frenesí extractivista que se apoderó del continente latinoamericano y también alcanza al gobierno del presidente Santos- se podría convertir en puerto de exportación minera. Dejamos atrás los arrozales y los campos de algodón, que son los principales cultivos de las tierras bajas del departamento y aparecen las horticulturas y fruticulturas típicas de esta zona, caracterizada como la « despensa agrícola de Colombia ». Cuando el valle se hace más estrecho y aparecen los primeros cafetales, aquí es donde para el bus. La montaña, muy verde en este lugar, aparece entre las nubes.

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El sitio de la mina La Colosa / Lucile Daumas

 
 
La situación

Lucile Daumas.- Éste es el sitio donde la AngloGold Ashanti,  empresa transnacional con sede en Johannesburgo, Sudáfrica, consiguió una concesión para realizar las exploraciones previas a la apertura de una mina de oro a cielo abierto, La Colosa.

Y efectivamente, es un proyecto colosal. AngloGold es el 3er  productor mundial de oro, después de la Barrick Gold (Canadá) y Newmont Mining (EEUU). La corporación interviene en 9 países en el mundo, con 19 emprendimientos mineros, en África, Australia y América Latina; el volumen de sus negocios supera los 5000 millones de dólares (cifras de 2014), en decrecimiento si se lo compara con 2011, cuando casi alcanzaba los 7000  millones de dólares.  En el presente, tiene dos proyectos en Colombia, La Colosa en Cajamarca (Tolima) y Gramalote (Antioquia). Cabe señalar también que en 2011 recibió el Public Eye Award -que es un galardón que se otorga cada año en Davos (Suiza) a la empresa transnacional más irresponsable en el mundo- por contaminar, impidiendo cualquier explotación agrícola en una zona del Ghana, y también por estar involucrados sus servicios de seguridad en casos de tortura.

La Colosa se podría convertir en la tercera mina de oro más grande del mundo. AngloGold Ashanti anuncia que podría extraer de esta mina 26,8 millones de onzas de oro en una superficie de 2000 hectáreas. A partir de ello, la gente pudo hacer las cuentas: 2000 hectáreas de capa vegetal y bosques destruidos ;  millares de toneladas de tierra extraídas y desplazadas[1]; algo así como 9 millones de m3 de agua  utilizados cada día y miles de toneladas de cianuro por año, 1 millón de toneladas de explosivos en los 15 años que se prevé durará la explotación de esta mina[2]. Además, si bien la extracción y lixiviación[3] van a afectar el municipio de Cajamarca, se prevé que las escombreras serían trasladadas a Doima, corregimiento del municipio de Piedras,  unos 80 km más abajo en el valle.

Se comprende pues, la inquietud de los pobladores de la zona: con la ejecución de este proyecto, desaparecería la montaña, siendo remplazada por un enorme hueco, y además la mina se instalaría en la cabecera de la cuenca, por lo cual la contaminación afectaría todos los ríos del conjunto de la cuenca y por ende la vida de sus habitantes, sus ganados y sus producciones agrícolas.

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Dos países, un mismo saqueo : el sitio de Yanacocha (Cajamarca-Perú) Antes y después / Foto Wikipedia

La lucha se organiza

Entonces los pobladores de la región empezaron a organizarse. Se constituyeron en Comités ambientales y empezaron a la par actividades de formación y de movilización. En esta etapa, el aporte de la Universidad de Tolima fue muy importante. Más allá de la solidaridad de los docentes y estudiantes en marchas y protestas, realizaron estudios y organizaron una escuela de formación que sigue funcionando hasta la fecha.  No se trata de una mera operación de sensibilización, sino de una formación en profundidad de unas 120 horas anuales. Por esa escuela están pasando centenares de pobladores del valle de Cajamarca, que se diploman en “Gestión ambiental y territorial por la defensa del agua, la vida y el territorio”, con diploma de doble sello de la Universidad de Ibagué y del Comité ambiental.

Hay que ver, el día de la ceremonia de entrega de los diplomas, el orgullo de familias enteras, de la abuela hasta el nieto, al recibir un reconocimiento tan importante como una diplomatura universitaria .  Pero, por sobre todo, hay que escuchar a los tolimenses hablar del problema de la mina. Gracias a esta formación – y a la lucha por supuesto- adquirieron un auténtico conocimiento  del tema, tanto a nivel técnico, político, económico, jurídico como ambiental. Pueden por lo tanto, sensibilizar, difundir, argumentar, abogar, por si mismos, sin necesidad de pasar por académicos o expertos. Los expertos son ellos. Dicha colaboración universidad-población es una gran lección de democracia.

Además, están convencidos de la responsabilidad que tienen, de dejar a sus hijo/as un territorio y un agua tan limpios como los recibieron ellos al nacer., De allí brota la fuerza de su resistencia, en la que las mujeres fueron la punta de lanza. Trabajaron duro para que ésta fuera lo más amplio posible, integrando a todos los sectores de la población, « hasta los arroceros y el cura », como explica una mujer de Piedras; buscando una articulación lo más horizontal posible, y formas de lucha creativas como las« marchas-carnaval », alegres, coloridas, atractivas, que, en  7 ocasiones por lo menos movilizaron  a gente que se acercaba de toda la zona.

De ahí también sacaron capacidad y fuerza para organizar una consulta popular en el municipio de Piedras, donde la AngloGold tiene pensado poner los desechos. No fue cosa fácil: fue necesario bloquear durante  cerca de cuatro meses las entradas de Piedras y Doima, dos pueblos que forman parte del mismo municipio, para conseguir el visto bueno del alcalde, que tuvo que decidirse entre las presiones de la empresa y las de sus administrados. Estos bloqueos fueron un gran momento de la lucha, de muchos esfuerzos para enfrentar el miedo a las autoridades, a la represión, para coordinar los turnos en los lugares de bloqueo y organizar toda la logística. Luego hubo que redactar el texto de la consulta. Esto también fue trabajo colectivo, con ayuda de juristas, una tarea muy compleja que tenía por objetivo cerrar toda posible ambigüedad en la interpretación.

El texto de la consulta:

“Está de acuerdo como habitante del municipio de Piedras (Tolima) que se realicen en nuestra jurisdicción actividades de exploración, explotación, tratamiento, transformación, transporte, lavado de materiales provenientes de las actividades de  explotación minera aurífera a gran escala, almacenamiento y el empleo de materiales nocivos para la salud y el medio ambiente de manera específica el cianuro y/o cualquier otra sustancia o material peligroso asociado a dichas actividades y se utilicen las aguas superficiales y subterráneas de nuestro municipio en dichos desarrollos o en cualquier otro de naturaleza similar que pueda afectar y/o limitar el abastecimiento del agua potable para el consumo humano, la vocación productiva tradicional y agrícola de nuestro municipio”.

Los habitantes de Piedras ya estaban en alerta, conociendo consultas que se quisieron hacer en otros lugares y fueron invalidadas bajo varios pretextos. Por eso fueron prudentes e hicieron convalidar el texto del referéndum no solo por el Consejo municipal sino también por la Corte constitucional, tal como lo permite la ley colombiana. Quedaba entonces ganar esta batalla. Fue una intensa campaña, de contacto con todos los ciudadanos, cada uno hablando con sus vecinos, casa por casa.  Y eso en un clima de fuertes tensiones y presiones de todo tipo de parte de la AngloGold. Aún así, fue un triunfo: 99%  de los votantes estuvieron en contra de la actividad minera en el municipio.

« Con el resultado llorábamos de placer », dice una  señora, una jubilada, de Piedras. Pero solo fue una batalla y saben que la guerra no está ganada todavía. Por lo pronto, el Gobierno no reconoce el resultado de la consulta, argumentando que el subsuelo pertenece al Estado. Los tolimenses contestan que para alcanzar el subsuelo se tiene que pasar por el suelo, y éste se va a devastar. El gobierno publicó, entonces, un decreto para prohibir la organización de consultas a nivel de municipios y comunidades. Pero eso era anticonstitucional y se vio obligado a retirar su decreto. Tras esto, publicó un nuevo decreto, dando 3 meses a los municipios para realizar un informe ambiental, lo cual es imposible en tan poco tiempo. Los habitantes de Piedras nuevamente tuvieron que desplazar el terreno de la lucha hacia Bogotá, la capital, y otra vez ganaron la batalla. Se retiró el decreto.

Pero más arriba en el valle, los habitantes de Cajamarca no consiguen convencer al alcalde para hacer una consulta. De todas maneras, no sería más que una etapa en el pulseada que opone la multinacional, con apoyo de las instituciones gubernamentales, a los habitantes del valle.  Mientras tanto, la AngloGold sigue perforando y explorando en Cajamarca. Por lo cual están ya preparando próximas movilizaciones, tratando de que se conozca su lucha, tanto en Colombia como en el resto del continente, donde abundan luchas del mismo tipo, y en el resto del mundo.

¡Viva la lucha de los tolimenses en defensa de su tierra, agua y territorio!

No al poder discrecional de las transnacionales

No a la mina, sí a la vida

En Tolima como en el resto del mundo, cambiemos el sistema, no el clima.

19 de noviembre de 2015

[1] Las cantidades varían según las minas. Hace falta remover 1 tonelada de tierra para sacar de 0,3 gr. a 1 gr. de oro,. En el caso de la mina de La Colosa, serían 0,86 gr. de oro por tonelada de tierra.

[2] Estas cifras varían según las fuentes, pero la AngloGold Ashanti no proporcionó ninguna indicación al respecto. La « Minga de Resistencia Social y Comunitaria del Tolima » estima que en el caso de La Colosa, se necesitarán unos 4 millones de kilos de cianuro por año y que los deshechos tóxicos van a contaminar los ríos de la región (Bermellón, Cuello e incluso el río Magdalena) así como el suelo, con metales pesados tales como el arsénico, cobalto, mercurio, etc.

http://www.redcolombia.org/index.php/regiones/centro/eje-cafetero/663-la-colosa-y-a-la-multinacional-anglo-gold-ashanti.html

[3]  La lixiviación  o cianuración es el proceso por el cual se separa el oro y la plata por inmersión en una solución de cianuro alcalino. Los residuos producen barros líquidos cianurados que pueden tener efectos desastrosos para el medio ambiente en caso de derrames. Cf.  http://www.brgm.fr/projet/utilisation-cyanuration-industrie-aurifere-guyane-impacts-potentiels-sur-environnement. Tal fue el caso el 13 de septiembre de 2015 en Jáchal (Argentina). Se rompió una tubería que transportaba cianuro y  unos 224 mil litres de solución cianurada se derramaron en el río Jáchal y sus afluentes.  Sin embargo, la empresa, si bien reconoce el derrame, si niega a reconocer el impacto ambiental de esta catástrofe y la policía intervino de manera violenta el 23 de octubre de 2015, para despejar la carretera de acceso a la mina, que había sido bloqueada por las comunidades afectadas, hiriendo a varias personas y arrestando otras.