Senderito que el tiempo ha borrado

Corría el año 2016 cuando Juan José Aranguren, al frente de la política energética del gobierno de Cambiemos, soñó con terminar con los subsidios a la producción gasífera trasladando la totalidad del costo de producción y la ganancia empresarial a los hogares argentinos. Se aprobó entonces la Resolución MINEM 212 – E/2016 de fecha 6 de octubre de 2016, que estableció un “sendero” ascendente del precio del gas en boca de pozo (la porción de la factura de gas que va desde los usuarios hacia las petroleras). Los usuarios pagaban por entonces menos de dos dólares el millón de BTU (unidad de medida internacional y que equivale a 27,8 metros cúbicos de gas) y se determinó que tres años después, en octubre de 2019, debían pasar a pagar U$S 6,80.

A los saltos fuimos avanzando por este sendero y los hogares, comercios, clubes y teatros argentinos vieron multiplicarse rápidamente el monto de su factura de gas. Al camino trazado por el gobierno se le sumaron los aumentos en los otros componentes de la tarifa (además del gas en boca de pozo, también subió el costo de transporte y de distribución) y, como el precio se fijó en moneda estadounidense, el encarecimiento del dólar.

Hasta mediados de 2018 el gobierno logró avanzar en esta dirección y sortear las resistencias populares que enfrentaron la política energética. Pero un conjunto de elementos que venían operando desde hacía tiempo fueron mellando la estrategia oficial: inflación, volatilidad cambiaria, caída de la actividad económica y descontento social. Estos cuatro factores determinaron los límites económicos y políticos de la política tarifaria impuesta en 2016.

Cambio de conducción del área energética y degradación institucional mediante, la estrategia debió reformularse. La nueva gestión abandonó el sendero de precios y emprendió en forma errática la gestión energética de una economía mucho más frágil que la de dos años atrás.

En la segunda mitad de 2018, la Secretaría de Energía comenzó a publicar la información de los precios medios pagados a las petroleras por el gas en boca de pozo. La serie comienza con el dato de enero de 2018 y el último dato disponible corresponde al mes de enero de 2019. Allí se verifica el abandono del sendero de precios original a partir de julio de 2018.

El plan original con el tiempo encontró sus propios límites económicos (no hay actores económicos con capacidad de pago para seguir el ajuste) y políticos (a tres años de gestión es evidente el incumplimiento de las promesas de campaña). Si bien es un camino que el tiempo ha borrado, nuestro paso por el mismo dejó como saldo un aumento inédito en el costo de vida de los y las argentinas.

Sendero original y precios del gas en boca de pozo efectivamente pagado por las distribuidoras. En U$S/MMBTU.

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